Comarca del Valle de Alcudia y Sierra Madrona
Valle
de Alcudia
El
Valle de Alcudia y Sierra Madrona alberga unos importantes valores naturales, así
como numerosos restos histórico-arqueológicos. Es una amplia extensión de áreas
naturales bien conservadas debido, entre otras causas, a que durante siglos se
han llevado en estas zonas modelos de desarrollo tradicionales, compatibles con
la conservación del medio natural.
La
comarca engloba una amplia extensión de casi 200.000 hectáreas, y el Valle
propiamente tiene unos 100 Km. de longitud y una media de 11 Km. de anchura.
El
área que ocupa el Valle de Alcudia constituye la zona de transición entre el
sur de la meseta central y el valle del Guadalquivir, moldeándose este
territorio mediante sierras que no superan los 1.400 m., alineadas en dirección
este-oeste, que forman parte del conjunto montuoso de Sierra Morena.
En
esta comarca, el sistema general de alineación de sierras genera dos unidades
bien diferenciadas física y culturalmente, como son las extensiones llanas, de
dedicación agrícola y ganadera (Valle de Alcudia propiamente dicho), y las
partes de sierra donde la influencia humana es de menor importancia y el sistema
natural se mantiene menos alterado (en su mayor parte Sierra Morena, aunque al
Valle de Alcudia se le considera incluido dentro de ésta).
Climatología
Existe una gran interrelación entre el clima, la vegetación y el relieve. El clima general es de tipo mediterráneo, aunque hay pequeños valles en Sierra Madrona con un clima más frío y lluvioso que el resto de la comarca. Genéricamente se habla de inviernos suaves y veranos calurosos. Aunque hay una importante variación anual, se producen unos ciclos normales de cuatro años de sequía y tres lluviosos. Las precipitaciones suelen darse a finales de otoño y principios de primavera, dándose una media de 700 mm/año.
Geomorfología
En
la comarca se dan básicamente dos unidades paisajísticas, valle y sierra,
que dan lugar cada una a tres tipos de ecosistemas: pastizales, dehesas, ríos/arroyos,
en la primera, y bosque/monte, roquedos/estrechos, y ríos/arroyos en la
segunda.
Dentro
del Valle se distinguen dos áreas: la occidental, amplia llanada con formas
alomadas por la que discurren los ríos Alcudia, Cabra y Molinos, pertenecientes
a la cuenca fluvial del río Guadiana. La parte oriental, más hendida y con
mayores desniveles y tajos pronunciados que quiebran las sierras, cuyos ríos,
Tablillas, Montoro y Fresnedas, que llegan a formar hoces, vierten aguas, a través
del Jándula a la cuenca del Guadalquivir.
Otras
formas de relieve en el Valle de Alcudia las proporcionan los edificios volcánicos,
como los de las lagunas de La Alberquilla (Mestanza), de Almodóvar del Campo, o
los Castillejos de La Bienvenida.
En
el macizo de Sierra Madrona se dan las mayores altitudes de toda Sierra Morena,
superándose los 1.300 m. en varias cumbres, como la de Bañuela (Fuencaliente),
punto más elevado con 1.323 m.
Todo esta zona posee unidades morfológicas de un gran interés paisajístico, así como un importante valor científico: hoces, gargantas, volcanes, crestas, valles... Además, su combinación con los elementos biológicos del paisaje (plantas y animales) hace de ella una de las más interesantes expresiones de la interacción y funcionamiento de los procesos ecológicos que se desarrollan en este territorio.
Vegetación
El
inventario de plantas de la comarca ronda el millar de especies. En las sierras,
la riqueza botánica del Valle gira en torno a los encinares, alcornocales,
quejigales y robledales. En el Valle, el ecosistema dominante es la dehesa de
encinas. Los alcornoques prefieren zonas más suaves y se suelen encontrar en
las zonas húmedas de las solanas y en las zonas más cálidas de las umbrías.
En cuanto a los quejigos, esta especie suele vivir en lugares más fríos que el
alcornoque. Por último los robles se sitúan en un escalón superior a los
anteriores.
Naturalmente,
junto a estas especies se asocian una gran variedad de otras plantas arbóreas,
arbustivas y herbáceas: madroño, majuelo, enebro, retama, romero, tomillo,
brezos, cornicabra, lentisco, jaras, rosal silvestre, cantueso, labiérnago,
torvisco, arce, durillo...
En
los ríos de la comarca se da una variada vegetación ribereña, compuesta
principalmente por alisos, fresnos, zarzas, madreselvas, hiedras, adelfas,
tamujos o helechos.
Entre
la heterogénea vegetación autóctona abundan las plantas aromáticas
(romero, tomillo salsero, lavanda, mejorana...), así como otras que resultan tóxicas
(garbancillo, digital, torvisco...), e incluso algunas que son insectívoras
(drosera, pinguicula...).
Junto
a la típica vegetación mediterránea, es destacable la presencia de algunas
plantas endémicas (que sólo se dan en esta comarca) como algunos
narcisos, líquenes, etc.
Mención expresa merece la “Encina milenaria”, también llamada “Encina de las mil ovejas”, o el roble “El Abuelo”, ejemplares magníficos y longevos.
Fauna
En
el Valle de Alcudia y Sierra Madrona habitan muchas especies animales, entre
ellas hay especies abundantes y otras que son raras e, incluso, en vías de
extinción.
Entre
las más importantes, debido a su escasez, están el lince ibérico, lobo ibérico,
nutria, gato montés, cigüeña negra, águila imperial ibérica, buitre negro,
o varias especies de murciélagos. Son abundantes en la comarca el buitre
leonado, la cigüeña blanca, la grulla, etc.
De aves, hay catalogadas 160 especies; de mamíferos, 45; de reptiles, 21; de peces, 15 y de anfibios, 14.
Elementos
de mayor interés cultural
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La Trashumancia, desplazamiento semestral de ganado en busca de pastos y
mejor clima, ha marcado profundamente el Valle de Alcudia, generando muchos
puestos de trabajo, modelando el paisaje y dejando un legado cultural de
importancia internacional. Entre los elementos que mejor representan la
trashumancia en la comarca destacan las vías pecuarias (caminos ganaderos); los
chozos (viviendas de pastores); las ventas (alojamientos, restaurantes...) como
la Venta de la Inés o del Alcalde, la del Zarzoso o la de La Bienvenida; aún
perviven antiguas ermitas mesteñas como la Virgen de Gracia (Puertollano), la Virgen
del Socorro (Argamasilla de Calatrava), o la de La Bienvenida.
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En el Valle de Alcudia y Sierra Madrona son abundantes los restos de antiguas minas,
la mayoría de plomo y plata, y otras de carbón: Diógenes, La Veredilla, San
Quintín, El Horcajo, Puertollano, Almadén, o Almadenejos.
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Otros elementos de interés cultural de la comarca son el antiguo Camino
Real de la Plata, los quintos (explotaciones ganaderas), castillos, molinos de
agua...
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Mención especial merecen los yacimientos arqueológicos como Sísapo (La
Bienvenida) o Valderrepisa, y los Monumentos Nacionales de las pinturas
rupestres de Peña Escrita y La Batanera (Fuencaliente), entre otros.
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Algunas de las abundantes fuentes de agua medicinales sirvieron para
ubicar en ellas antiguos balnearios como el de Puertollano o Las Tiñosas, en
desuso, o el de Fuencaliente, que continúa en actividad.
* Por último, cabe citar a las tres vías de tren abandonadas que se construyeron en la comarca: Puertollano-Valdepeñas, Puertollano-Andújar, o la de San Quintín-Almodóvar del Campo-Puertollano-Peñarroya.